Me parecen fascinantes las casualidades cromáticas.
La sorpresa de encontrar estampas coloreadas en un rincón cualquiera entre el gris de una ciudad cualquiera.
Y entonces me pregunto que llegó antes, ¿el árbol o el mural?, ¿el pintor o el jardinero?.
¿Puede que el paso del tiempo tenga el poder de mimetizar los colores?.
2 comentarios:
Buen hallazgo, la ciudad y la naturaleza se vuelven uno.
besos!
El mismo aire, que respiran el árbol y la pared...
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